viernes, junio 03, 2005

La pequeña bola naranja

La niña otra vez juega con eso.
Se ve tan hermosa tratando de cargarlo que casi no puedo dejar de sonreír. Es tan grande como su ser.
Pasa mucho tiempo tratando de subirlo junto a ella por las escaleras.Mientras se sonríe a pesar de tan arduo trabajo.
Escalón por escalón, siempre se da vuelta para traerla consigo.
Que bello es observar. Le ríe celosamente a su bola en el jardín del sol.

Tal vez si siempre fuese así. Pero no faltan momentos en que se enoja con eso casi sin razón.
Luego comienza gritarme desesperadamente. Tal vez sea para que la proteja inútilmente de su objeto favorito.
Es desesperante no entender sus gritos. Mis nervios se desgarran tratando de entender.

No soy un monstruo, pero no soy una figura paterna...no soy un padre.
Así es como desapareció.

Entre lineas hay mas de lo que pudiera yo escribir.

Cuanto ha pasado hasta que volvió?... otra vez con su bola naranja.
Otra vez siento la comodidad de mi viejo hogar siempre en desastre.
Y la niña vuelve a llorar. Tal vez si pudiera hacer algo.

Sabes niña?... quiero disfrutar tu regreso siempre al máximo. Esto no va durar mucho.
No me grites a mi, no me grites porque nadie podrá tocar tu bola. Siempre tan dentro tuyo.
No hay razón para que la muerte sea triste. Después de todo es como la separación en vida de alguien a quien quieres. Y ya nunca podrán decir eso que debieron decir.
Es tan feliz la muerte, y tan alegre como ofrecer helados a la bola naranja.